domingo, 3 de marzo de 2013

MENSAJE DE LAS MAESTRAS VISITANTES, MARZO 2013


Activación

El presidente Thomas S. Monson, nos alienta a que nos “[esforcemos] por rescatar a aquellos que necesitan nuestra ayuda y [elevarlos] al buen camino y a una vida mejor… es la obra del Señor, y cuando estamos al servicio del Señor, hermanos, tenemos derecho de recibir Su ayuda”.
Hace muchos años, LaVene Call y su compañera de maestras visitantes fueron a la casa de una hermana menos activa; tocaron a la puerta y les abrió una joven madre en bata de baño. Parecía enferma, pero pronto se dieron cuenta de que su problema era el alcohol. Las maestras visitantes se sentaron y hablaron con la perturbada madre.
“Ella es una hija de Dios, tenemos la responsabilidad de ayudarla”, dijeron después de salir. De modo que la visitaron con frecuencia, y en cada oportunidad pudieron ver y sentir un cambio para bien. Le pidieron a la hermana que asistiera a la Sociedad de Socorro; y aunque lo hizo de forma renuente, con el tiempo asistía regularmente. Después de alentarlos, ella, su esposo y su hija asistieron a la Iglesia. El esposo sintió la influencia del Espíritu Santo y dijo: “Haré lo que el obispo sugiere”. Ahora están activos en la Iglesia y se han sellado en el templo.

Acerca de nuestra historia

Ayudar a aquellos que se han extraviado a que regresen al evangelio de Jesucristo siempre ha sido parte de ser Santo de los Últimos Días y miembro de la Sociedad de Socorro. El presidente Brigham Young (1801–1877) dijo: “Tengamos compasión unos con otros… que los que puedan ver guíen a los ciegos hasta que éstos puedan ver por sí mismos el camino”.
Eliza R. Snow, segunda Presidenta General de la Sociedad de Socorro, reconoció con gratitud los esfuerzos de las hermanas de Ogden, Utah, EE. UU., para fortalecerse mutuamente. Dijo: “Estoy muy al tanto de que mucho de lo que se dona [en relación con el servicio] nunca queda asentado en los libros [de registro]”. Pero al reconocer que se lleva un registro celestial de la obra de las hermanas que tienden una mano a las personas cuyo corazón se ha enfriado, agregó: “El presidente José Smith dijo que esta sociedad se organizó para salvar almas… Hay otro libro que se lleva con un registro de su fe, bondad, buenas obras y palabras… Ningún servicio queda en el olvido”.


Seguidores

HERMANAS

Un día, una mujer recién casada merendaba en casa de su madre. Hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la vida adulta.

Pensativa, la madre le dijo a su hija:

“Nunca olvides a tus hermanas. Se volverán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo. Aunque ames profundamente a tu marido, y a los hijos que iréis teniendo, siempre necesitarás a tus hermanas. Intenta hacer cosas con ellas de vez en cuando y compartir momentos de la vida. No olvides que hermanas significa todas las mujeres: tus amigas, tus hijas, tus compañeras y todas las que forman el grupo femenino de tu familia. Las necesitas.”

¡Menudo consejo, pensaba la hija, pues estoy recién casada, y mi marido y la familia que vamos a crear juntos será sin duda lo que dará todo el significado a mi existencia.

Sin embargo, intentó seguir el consejo de su madre. Guardaba contacto con sus hermanas, y cada año tenía más amigas que el anterior.

Fue pasando el tiempo, y poco a poco se dio cuenta de que su madre había sabido darle el mejor consejo, pues cuando se producían cambios en su vida, sus hermanas se convertían en pilares de gran ayuda.

El tiempo pasa, se va viviendo la vida, la distancia separa, los niños crecen. Los seres queridos van muriendo, los corazones se rompen, y las carreras se terminan.

Pero…las hermanas permanecen, pues ni el tiempo ni la distancia cambian nada. Siempre hay una amiga cerca de ti cuando la necesitas. Cuando tengas que cruzar el valle solitario , habrá mujeres en tu vida que estarán a tu lado para animarte, para orar por ti, para ayudarte, para tomarte en sus brazos.

Amigas, hijas, nueras, nietas, hermanas, cuñadas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, todas bendicen tu vida. El mundo no sería el mismo sin esta complicidad entre mujeres. Nos necesitamos las unas a las otras. (Autora anónima)