lunes, 2 de abril de 2012

MENSAJE DE ABRIL 2012 DE LAS MAESTRAS VISITANTES



Amar, cuidar y fortalecer

Al igual que el Salvador, las maestras visitantes ministran una por una (véase 3 Nefi 11:15). Sabremos que estamos teniendo éxito en nuestro ministerio como maestras visitantes cuando nuestras hermanas puedan decir:
(1) Mi maestra visitante me ayuda a progresar espiritualmente;
(2) sé que mi maestra visitante se preocupa de verdad por mí y por mi familia; y
(3) si tengo problemas, sé que mi maestra visitante tomará las medidas necesarias sin esperar una invitación.

¿De qué forma podemos, como maestras visitantes, amar, cuidar y fortalecer a una hermana? A continuación se presentan nueve sugerencias que se encuentran en el capítulo 7 de Hijas en Mi reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro, para ayudar a las maestras visitantes a ministrar a sus hermanas:
  • Orar diariamente por la hermana y por su familia.
  • Buscar inspiración para llegar a conocerla a ella y a su familia.
  • Visitarla con regularidad para saber cómo está, para consolarla y fortalecerla.
  • Mantener un contacto frecuente con ella por medio de visitas, llamadas telefónicas, cartas, correos electrónicos, mensajes de texto y pequeños actos de bondad.
  • Saludarla en las reuniones de la Iglesia.
  • Ayudarla cuando tenga alguna emergencia, enfermedad u otra necesidad urgente.
  • Enseñarle el Evangelio por medio de las Escrituras y de los mensajes de las maestras visitantes.
  • Inspirarla por medio del buen ejemplo de ustedes.
  • Informar a la líder de la Sociedad de Socorro sobre el servicio que brinden y sobre el bienestar espiritual y temporal de la hermana.


Acerca de nuestra historia

“El programa de las maestras visitantes se ha convertido en el medio para que las mujeres Santos de los Últimos Días de todo el mundo brinden amor, cuidado y servicio; para que ‘[actúen] de acuerdo con esa compasión que Dios ha puesto en el corazón de [ellas]’, como enseñó José Smith”.
Una hermana que hacía poco había quedado viuda dijo de sus maestras visitantes: “Ellas me escucharon; me consolaron; lloraron conmigo y me abrazaron… [Ellas] me ayudaron a salir de la profunda desesperanza y depresión de aquellos primeros meses de soledad”.
El ayudar con las tareas temporales es también una forma de ministrar. En la conferencia general de octubre de 1856, el presidente Brigham Young anunció que los pioneros de carros de mano estaban varados en la nieve profunda a unos 500 km, y pidió a los Santos de los Últimos Días de Salt Lake City que acudieran a auxiliarlos y se “ocuparan estrictamente de aquellas cosas que llamamos temporales”.
Lucy Meserve Smith escribió que las mujeres se despojaron de sus abrigadoras enaguas y medias ahí mismo, en el tabernáculo, y las apilaron en los carromatos para enviarlas a los helados pioneros. Luego reunieron ropa de cama y de vestir para aquellos que más tarde llegarían con pocas pertenencias. Cuando las compañías de carros de mano llegaron, había un edificio de la ciudad “abarrotado de provisiones para ellos”.

Si desea más información, visite www.reliefsociety.lds.org.


 

¿Qué puedo hacer?

  1. ¿Cómo puedo saber lo que necesitan mis hermanas?
  2. ¿Cómo sabrán mis hermanas que me intereso sinceramente por ellas?

Seguidores

HERMANAS

Un día, una mujer recién casada merendaba en casa de su madre. Hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la vida adulta.

Pensativa, la madre le dijo a su hija:

“Nunca olvides a tus hermanas. Se volverán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo. Aunque ames profundamente a tu marido, y a los hijos que iréis teniendo, siempre necesitarás a tus hermanas. Intenta hacer cosas con ellas de vez en cuando y compartir momentos de la vida. No olvides que hermanas significa todas las mujeres: tus amigas, tus hijas, tus compañeras y todas las que forman el grupo femenino de tu familia. Las necesitas.”

¡Menudo consejo, pensaba la hija, pues estoy recién casada, y mi marido y la familia que vamos a crear juntos será sin duda lo que dará todo el significado a mi existencia.

Sin embargo, intentó seguir el consejo de su madre. Guardaba contacto con sus hermanas, y cada año tenía más amigas que el anterior.

Fue pasando el tiempo, y poco a poco se dio cuenta de que su madre había sabido darle el mejor consejo, pues cuando se producían cambios en su vida, sus hermanas se convertían en pilares de gran ayuda.

El tiempo pasa, se va viviendo la vida, la distancia separa, los niños crecen. Los seres queridos van muriendo, los corazones se rompen, y las carreras se terminan.

Pero…las hermanas permanecen, pues ni el tiempo ni la distancia cambian nada. Siempre hay una amiga cerca de ti cuando la necesitas. Cuando tengas que cruzar el valle solitario , habrá mujeres en tu vida que estarán a tu lado para animarte, para orar por ti, para ayudarte, para tomarte en sus brazos.

Amigas, hijas, nueras, nietas, hermanas, cuñadas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, todas bendicen tu vida. El mundo no sería el mismo sin esta complicidad entre mujeres. Nos necesitamos las unas a las otras. (Autora anónima)