Hijas en Mi reino
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Somos
hijas de nuestro Padre Celestial. Él nos conoce, nos ama, y tiene un
plan para nosotras. Parte de ese plan incluye venir a la tierra para
aprender a elegir el bien sobre el mal. Cuando elegimos obedecer los
mandamientos de Dios, lo honramos a Él y reconocemos nuestra identidad
como hijas de Dios. La Sociedad de Socorro nos ayuda a recordar esa
herencia divina.
La
Sociedad de Socorro y su historia nos fortalecen y sirven de apoyo.
Julie B. Beck, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, dijo: “Como
hijas de Dios, se están preparando para nombramientos eternos, y cada
una tiene identidad, naturaleza y responsabilidad femeninas. El éxito de
las familias, de las comunidades, de esta Iglesia y del hermoso plan de
salvación depende de la fidelidad de ustedes…
Nuestro Padre Celestial
proponía que la Sociedad de Socorro ayudara a edificar a Su pueblo y
prepararlo para las bendiciones del templo. Él estableció la Sociedad
de Socorro para alinear a Sus hijas con Su obra y conseguir su ayuda en
la edificación de Su reino y el fortalecimiento de los hogares de Sión.
Nuestro
Padre Celestial nos ha confiado una obra específica para ayudar a
edificar Su reino y, además, nos ha bendecido con los dones espirituales
que necesitamos para cumplir esta obra específica. Por medio de la
Sociedad de Socorro, tenemos oportunidades de utilizar nuestros talentos
para fortalecer a las familias, ayudar a los necesitados y aprender a
vivir como discípulas de Jesucristo.
El presidente
Dieter F. Uchtdorf,
Segundo Consejero de la Primera Presidencia, dijo en cuanto al
discipulado:
“Al caminar con paciencia en el camino del discipulado, nos
demostramos a nosotros mismos la fortaleza de nuestra fe y nuestra
disposición de aceptar la voluntad de Dios en lugar de la nuestra”.
Recordemos
que somos hijas de Dios y esforcémonos por vivir como Sus discípulas;
al hacerlo, ayudaremos a edificar el reino de Dios aquí en la tierra y
nos haremos dignas de regresar a Su presencia.
Escrituras
Acerca de nuestra historia
El 28
de abril de1842, el profeta José Smith dijo a las hermanas de la
Sociedad de Socorro: “Ahora se hallan en una posición de poder actuar de
acuerdo con esa compasión que Dios ha puesto en el corazón de ustedes… Si viven de acuerdo con estos privilegios, no se podrá
impedir que los ángeles las acompañen…”
Al
reconocer el poder de la Sociedad de Socorro para servir a los demás y
para ayudar a las personas a aumentar su fe, Zina D. H. Young, tercera
Presidenta General de la Sociedad de Socorro, prometió a las hermanas en
1893:
“Si buscan en lo profundo de sus corazones, encontrarán la ayuda
del Espíritu del Señor, la perla de gran precio, el testimonio de esta
obra.”
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