sábado, 15 de octubre de 2011

LA CRÍTICA


El gran filósofo Sócrates se encontró un día con un conocido que le dijo:
"¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?"
Sócrates le contestó:
"Antes de que me digas nada sobre mi amigo, sería una buena idea filtrar tres veces lo que me vas a decir.
El primer filtro tiene que ver con la VERDAD. ¿Estás muy seguro de que lo que vas a decirme es cierto?"
El hombre se quedó pensando, y luego dijo:
"No, lo escuché y..."
Sócrates lo interrumpió diciendo:
"Bueno, entonces no sabes si es cierto o no. Ahora apliquemos el segundo filtro, el de la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?"
"No, al contrario..."
Sócrates lo volvió a interrumpir, diciendo:
"Entonces, deseas decirme algo malo sobre él aunque no estás seguro de que sea cierto. Queda un último filtro, el de la UTILIDAD. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?"
El hombre contestó: "No, la verdad es que no."
Entonces, Sócrates le dijo: "Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?"


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HERMANAS

Un día, una mujer recién casada merendaba en casa de su madre. Hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la vida adulta.

Pensativa, la madre le dijo a su hija:

“Nunca olvides a tus hermanas. Se volverán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo. Aunque ames profundamente a tu marido, y a los hijos que iréis teniendo, siempre necesitarás a tus hermanas. Intenta hacer cosas con ellas de vez en cuando y compartir momentos de la vida. No olvides que hermanas significa todas las mujeres: tus amigas, tus hijas, tus compañeras y todas las que forman el grupo femenino de tu familia. Las necesitas.”

¡Menudo consejo, pensaba la hija, pues estoy recién casada, y mi marido y la familia que vamos a crear juntos será sin duda lo que dará todo el significado a mi existencia.

Sin embargo, intentó seguir el consejo de su madre. Guardaba contacto con sus hermanas, y cada año tenía más amigas que el anterior.

Fue pasando el tiempo, y poco a poco se dio cuenta de que su madre había sabido darle el mejor consejo, pues cuando se producían cambios en su vida, sus hermanas se convertían en pilares de gran ayuda.

El tiempo pasa, se va viviendo la vida, la distancia separa, los niños crecen. Los seres queridos van muriendo, los corazones se rompen, y las carreras se terminan.

Pero…las hermanas permanecen, pues ni el tiempo ni la distancia cambian nada. Siempre hay una amiga cerca de ti cuando la necesitas. Cuando tengas que cruzar el valle solitario , habrá mujeres en tu vida que estarán a tu lado para animarte, para orar por ti, para ayudarte, para tomarte en sus brazos.

Amigas, hijas, nueras, nietas, hermanas, cuñadas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, todas bendicen tu vida. El mundo no sería el mismo sin esta complicidad entre mujeres. Nos necesitamos las unas a las otras. (Autora anónima)