lunes, 15 de agosto de 2011

VIVE EL HOY



SE VIVE HOY
La verdadera ciencia de la vida consiste en aprovechar al máximo el día presente, el día de hoy, olvidando el pasado, y dejando en paz al futuro. Hay personas que cargan sobre sus débiles hombros tres sacos a la vez:
. Un saco pequeño, fácil de llevar, que es el saco de las penas, de los trabajos y alegrías de un solo día, el cual representa el día de hoy.
. Un segundo saco, de peso abrumador, es el saco del pasado: son esas gentes que vuelven y vuelven y vuelven a recordar esas penas pasadas, los fracasos que tuvieron, las heridas que sufrieron. Se empeñan en rascar y rascar esas heridas, y así, siempre están sangrando, y nunca se curan.
. Además, todavía se empeñan en cargar un tercer saco muy pesado, el del futuro. Miran al mañana con miedo, esperando siempre lo peor.

Llevar hoy la carga del mañana unida  a la de ayer, hace vacilar y tambalearse al más fuerte. Pero nadie nos manda vivir así. Nadie nos manda llevar al mismo tiempo los tres sacos. 
El Señor de la vida hizo las cosas más sencillas y nos dijo:  “Bástale a cada día su afán.” Él creó  el día para trabajar, luchar y esforzarnos. 
Y creó la noche para dormir, descansar y olvidar. 

De esta forma es como si la vida constara de un solo día. Cada noche podríamos decir que nos morimos por unas horas cuando nos dormimos, para luego,  resucitar nuevamente al despertar cada mañana. 
¿Por qué no vivir un solo día  a la vez? El pasado ya pasó y no volverá. Hay que dejarlo en paz. Si se puede sacar del pasado alguna buena lección, se saca, pero luego, hay que dejarlo, olvidarlo. Nada se gana recordando los problemas y amarguras del ayer. Por otra parte, el futuro todavía no llegó. Ni siquiera estamos seguros de que llegue, pues nunca se sabe cuando nos tendremos que ir de esta tierra, entonces, ¿por qué preocuparse?
Lo único que poseemos, lo único de lo que somos dueños y dueñas, es del día de hoy. Por lo tanto, hay que vivirlo y disfrutarlo como si fuera el único, pues un día entero es como si fuera una vida entera en miniatura.
Tenía razón el poeta cuando decía:
“Mira cada día como si fuera la vida misma. En su breve curso se encierran todas las verdades y las realidades de tu existencia: la bendición del desarrollo, la gloria de la buena acción, el esplendor de las realizaciones. Porque el ayer es sólo un sueño, y el mañana, sólo una visión. Pero el día de hoy, bien vivido, hace de todo ayer un sueño de felicidad, y de cada mañana, una visión de esperanza. Mira bien, pues, a cada nuevo día.”

Todos podemos soportar nuestra carga, por pesada que sea, cada día, hasta la noche. Todos podemos realizar nuestro trabajo, por duro que sea. Con cada día de vida, tenemos la elección de hacer maravillas con él, o de destruirlo. Lo que no podemos hacer, es vivir una semana, un mes, un año, a la vez. ¡Se vive HOY!  

No hay comentarios:

Seguidores

HERMANAS

Un día, una mujer recién casada merendaba en casa de su madre. Hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la vida adulta.

Pensativa, la madre le dijo a su hija:

“Nunca olvides a tus hermanas. Se volverán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo. Aunque ames profundamente a tu marido, y a los hijos que iréis teniendo, siempre necesitarás a tus hermanas. Intenta hacer cosas con ellas de vez en cuando y compartir momentos de la vida. No olvides que hermanas significa todas las mujeres: tus amigas, tus hijas, tus compañeras y todas las que forman el grupo femenino de tu familia. Las necesitas.”

¡Menudo consejo, pensaba la hija, pues estoy recién casada, y mi marido y la familia que vamos a crear juntos será sin duda lo que dará todo el significado a mi existencia.

Sin embargo, intentó seguir el consejo de su madre. Guardaba contacto con sus hermanas, y cada año tenía más amigas que el anterior.

Fue pasando el tiempo, y poco a poco se dio cuenta de que su madre había sabido darle el mejor consejo, pues cuando se producían cambios en su vida, sus hermanas se convertían en pilares de gran ayuda.

El tiempo pasa, se va viviendo la vida, la distancia separa, los niños crecen. Los seres queridos van muriendo, los corazones se rompen, y las carreras se terminan.

Pero…las hermanas permanecen, pues ni el tiempo ni la distancia cambian nada. Siempre hay una amiga cerca de ti cuando la necesitas. Cuando tengas que cruzar el valle solitario , habrá mujeres en tu vida que estarán a tu lado para animarte, para orar por ti, para ayudarte, para tomarte en sus brazos.

Amigas, hijas, nueras, nietas, hermanas, cuñadas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, todas bendicen tu vida. El mundo no sería el mismo sin esta complicidad entre mujeres. Nos necesitamos las unas a las otras. (Autora anónima)