miércoles, 2 de noviembre de 2011

MENSAJE DE MAESTRAS VISITANTES NOVIEMBRE 2011

Adhiérete a los convenios 

Según el discurso dado por la Hna.
Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro 
(Liahona, Noviembre 2011, páginas 117-119)

La importancia de adherirse a los convenios
En el diccionario bíblico [en inglés] dice que un convenio es un contrato hecho entre Dios y el hombre. “Dios, de acuerdo con Su voluntad, fija los términos que el hombre acepta… El Evangelio está dispuesto de tal modo que los principios y las ordenanzas se reciben por convenio, colocando al que recibe bajo la firme obligación y responsabilidad de honrar el compromiso”. En la frase “adhiérete a los convenios”, la palabra adhiérete significa “unirse firme y estrechamente” a algo

“Uno de los grandes propósitos del Señor para organizar la Sociedad de Socorro era preparar a Sus hijas para las bendiciones mayores del sacerdocio, cual se hallan en las ordenanzas y convenios del templo. Las hermanas de Nauvoo esperaban con gran anhelo que se finalizara la construcción del templo, porque sabían, tal como lo había prometido el profeta José Smith a Mercy Fielding Thompson, que la investidura las sacaría ‘de la oscuridad hacia una maravillosa luz’

Nuestros convenios nos sostienen ya sea en tiempos buenos o en épocas difíciles. El presidente Boyd K. Packer nos recuerda: “Somos un pueblo de convenios. Hacemos convenio de dar de nuestro tiempo, dinero y talentos—de dar todo lo que somos y todo lo que poseemos—para el beneficio del reino de Dios sobre la tierra. Dicho en forma sencilla, hacemos convenio de hacer el bien. Somos un pueblo de convenios, y el templo es el centro de nuestros convenios. Es la fuente del convenio”


Recibimos gozo y protección al guardar nuestros convenios
El hacer y guardar convenios sagrados nos permite tener el Santo Espíritu con nosotros. 
La Segunda Guerra Mundial causó gran sufrimiento para muchas personas en todo el mundo. Los santos de Alemania soportaron muchas tribulaciones. Una fiel presidenta de la Sociedad de Socorro, de Stuttgart, Alemania, era la hermana Maria Speidel. Al hablar de sus tribulaciones, dijo: “Nuestro pilar de fortaleza ha sido nuestra confianza en el Señor y nuestro testimonio de Su iglesia… Con gozo cantamos los cantos de Sión y ponemos nuestra confianza en el Señor. Él todo lo subsana”

El presidente Thomas S. Monson, nos dijo en la última conferencia general: “Cuando ustedes y yo vayamos a las santas casas de Dios, cuando recordemos los convenios que hemos hecho allí, seremos más capaces de soportar toda prueba y superar cada tentación. En ese sagrado santuario encontraremos paz, seremos renovados y fortalecidos”.

Una vez más: “…eleva tu corazón y regocíjate, y adhiérete a los convenios que has hecho”. El guardar convenios es verdadero gozo y felicidad; eso es consuelo y paz; eso es protección de las maldades del mundo. El guardar nuestros convenios nos ayudará en tiempos de pruebas. 




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HERMANAS

Un día, una mujer recién casada merendaba en casa de su madre. Hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la vida adulta.

Pensativa, la madre le dijo a su hija:

“Nunca olvides a tus hermanas. Se volverán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo. Aunque ames profundamente a tu marido, y a los hijos que iréis teniendo, siempre necesitarás a tus hermanas. Intenta hacer cosas con ellas de vez en cuando y compartir momentos de la vida. No olvides que hermanas significa todas las mujeres: tus amigas, tus hijas, tus compañeras y todas las que forman el grupo femenino de tu familia. Las necesitas.”

¡Menudo consejo, pensaba la hija, pues estoy recién casada, y mi marido y la familia que vamos a crear juntos será sin duda lo que dará todo el significado a mi existencia.

Sin embargo, intentó seguir el consejo de su madre. Guardaba contacto con sus hermanas, y cada año tenía más amigas que el anterior.

Fue pasando el tiempo, y poco a poco se dio cuenta de que su madre había sabido darle el mejor consejo, pues cuando se producían cambios en su vida, sus hermanas se convertían en pilares de gran ayuda.

El tiempo pasa, se va viviendo la vida, la distancia separa, los niños crecen. Los seres queridos van muriendo, los corazones se rompen, y las carreras se terminan.

Pero…las hermanas permanecen, pues ni el tiempo ni la distancia cambian nada. Siempre hay una amiga cerca de ti cuando la necesitas. Cuando tengas que cruzar el valle solitario , habrá mujeres en tu vida que estarán a tu lado para animarte, para orar por ti, para ayudarte, para tomarte en sus brazos.

Amigas, hijas, nueras, nietas, hermanas, cuñadas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, todas bendicen tu vida. El mundo no sería el mismo sin esta complicidad entre mujeres. Nos necesitamos las unas a las otras. (Autora anónima)